Richard Gardner, un pedófilo confeso.



El SAP y cómo lograrlo.

Por: Norma Chiaparrone.
Es un invento del Richard Gardner, un pedófilo confeso que entre otras cosas decía que: “las relaciones sexuales con niños son “naturales” y que la culpabilidad que sienten los niños es por la estigmatización de la sociedad”, definición bien explicita de nuestra amiga Mónica Laura Creus que hace años trabaja el tema mediante la denuncia constante de esta práctica y sus seguidores.



En Argentina las víctimas de esta perversa y acientífica teoría crecen en forma geométrica. Los tribunales son el reservorio en el cual se cultiva el SAP, sembrado de la mano de jueces, defensores, fiscales y letrados que defienden a padres que han abusado de sus hijos.

También la “academia” pone lo suyo. La Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires ha creado centros de atención ilegales donde en connivencia con actores de la Justicia e integrantes de asociaciones no gubernamentales que predican el SAP, imponen la revinculación forzada de niños víctimas de abuso con sus victimarios. Pilar Vendrell y Alberto Mendes en Página 12 del 8 de marzo de 2013 lo describen sin eufemismos, en la nota Irregularidades en Centro de Atención Psicológica.

Todos y todas “estamos” al tanto de esto. Me consta que madres víctimas de violencia han gritado y golpeado tantas puertas como actores existen –gubernamentales y de la sociedad civil- pidiendo ayuda. Claman justicia, no piden prebendas ni soluciones ilegales o ilegítimas.

Desde la sociedad civil nosotras elegimos trabajar en silencio, preservando a las víctimas, reservando -no ocultando- datos e informes que sólo y solamente tienen por finalidad no entorpecer los procedimientos judiciales, e intentando movilizar los resortes de instancias que tienen en sus manos juzgar el desempeño ilícito e ilegal de aquellos personajes.

Por supuesto que en forma genérica acompañamos la denuncia de esta práctica, por lo tanto impulsamos y firmamos campañas, solicitadas, y denunciamos la solapada perversión que encierra la utilización del SAP para apartar, judicializar, y hostigar a madres que se atreven a desnudar esta maquinaria delictiva. En los Desayunos de Mujeres en Igualdad, entidad presidida por Monique Atschult, se ha incorporado en su agenda el debate y la denuncia contra el SAP. Allí también nuestra Presidenta María Elena Elverdin ha propuesto la conformación de un ámbito de trabajo como una acción más para desterrar este flagelo en la justicia argentina.

Muchas madres han elegido la batalla frontal contra esa ilícita asociación que pretende –y en algunos casos lo logra – arrancar a sus hijos de sus brazos y entregarlos a los abusadores. Algunos niños ya viven sometidos al imperio de quienes han delinquido contra ellos. Mujeres que la única enfermedad que padecen es la denegación de justicia.

Ahora, y he aquí la línea que divide las aguas: “mejor que decir es hacer”.

Y nosotras elegimos hacer.

Somos militantes feministas y creemos y practicamos la sororidad. Como en muchas otras acciones nos acompañan amigas, colegas y entidades que colaboran para llevarlas adelante: Pilar Vendrell y Profesionales Latinoamericanos contra el abuso de poder; Mabel Bianco y Fundación Feim; Clelia Bercovich y Graciela Gonzales de Fundación Alicia Moreau de Justo, y La Casa del Encuentro. Todas no dudaron en adherir a nuestro pedido de juicio político de una jueza nacional denunciada por muchas faltas en el ejercicio de su ministerio de impartir justicia, entre las que se cuenta la habilitación del SAP para castigar a las madres que denuncian a los abusadores de sus hijos.

Mariana Carbajal, Luciana Peker y Lenny Cáceres, cada una desde sus medios y en su rol de periodistas comprometidas con los derechos humanos de mujeres y niños le han dado voz, espacio y difusión a la aberrante trama del SAP.

Por estos días circulan en la web infinidad de nombres de personas y entidades que se pronuncian contra el SAP. En buena hora, aunque nobleza obliga no es la primera vez que lo hacen, por lo menos de algunas de esas suscripciones nos consta que es así. Pero no alcanza, hay que impulsar acciones reales, concretas, contundentes.

Pero también nos consta, porque sabemos leer la ley, la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos que nos rigen, que existen organismos gubernamentales con competencia específica para el resguardo de niños y niñas sometidos al abuso permanente –que se reedita cada día y cada noche- que pudiendo hacer más, eligen hacer menos. Mientras tanto la maquinaria delictiva solapada y abundantemente sostenida mediante el uso de importantes recursos económicos –de los que carecen las víctimas- sigue depredando la infancia y la salud integral de niños y niñas judicializados y condenados a revincularse forzadamente con sus padres abusadores.

En este contexto, los padres que pretendidamente se presentan como víctimas ellos de esas madres enfermas diagnosticadas con SAP, se campean por los ámbitos públicos, son recibidos en despachos oficiales, les ceden instalaciones gubernamentales para realizar actividades y –por si faltara algo- los convocan a exponer en eventos auspiciados por departamentos gubernamentales.

Esto es violencia institucional – por ser generosa mientras pienso lo que voy escribiendo-. Y si hago uso de la virtud de la piedad, en algún caso, puedo decir que hay mucha ignorancia y omnipotencia detrás de ciertas conductas. Pero bueno es decirlo, también, la omisión por parte de ciertos ámbitos institucionales en llevar adelante acciones puntuales contra la maquinaria del SAP, los convierte en cómplices necesarios para asegurar su supervivencia.

El problema no es el SAP sino cómo lo logran!

FUENTE: DIARIO DIGITAL FEMENINO

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