Aplaquen esa bestia

Por: Eliana Gilet

FUENTE: Brecha

Desbande policial en marcha de los estudiantes



A través del relato de una fotógrafa herida por una bala de goma en la nochecita del miércoles 14 de agosto, se devela la falta de criterio en el uso de la fuerza desplegada por la Guardia Republicana y Metropolitana en una manifestación que convocó a más de 10 mil personas.

La esquina de Colonia y Río Negro había sido vallada para evitar el paso por la sede del Ministerio de Economía y Finanzas de los manifestantes que se dirigían al Palacio Legislativo. El camión de la Guardia Republicana y efectivos de la Metropolitana estaban formados detrás. “Estábamos sacando fotos en esa esquina, cuando un grupo chico se acerca y tira la valla y algunos petardos parecidos a bombas brasileras”, relata Lucía Melgarejo, fotógrafa de la revista Caras y caretas, que junto a otros periodistas cubrían la marcha del 14. “En ese momento, los efectivos empezaron a disparar balas de goma hacia ese grupo y hacia la marcha que venía de fondo.” Algunos de los periodistas se retiraron, pero Melgarejo y otros tres colegas se quedaron en la esquina, fotografiando el despliegue policial. Por encima de sus cabezas voló una molotov en respuesta. “Primero me pegó una bala de rebote. Por el visor de la cámara veo que un efectivo de la Guardia Republicana me apuntaba. Durante varios segundos nos quedamos apuntándonos mutuamente, yo con la cámara y él con el arma, hasta que decidió disparar. Me tiró directo al cuerpo y me pegó un balazo en la mitad del muslo.” La fotógrafa relató a Brecha cómo, tras ser herida, se acercó a increpar al efectivo: “¡Bo! ¿No ves que estoy trabajando? ¿Me ves con la cámara y me tirás? ¡Estás de vivo!” El efectivo de la Republicana mantuvo bajo el visor de su casco y se entremezcló en la fila de la tropa. Melgarejo cuenta que otro periodista también recibió un balazo en la pierna: “Los de la prensa llevábamos rato en ese lugar, no estábamos mezclados entre la gente y somos bien identificables porque las cámaras no son chicas. Nos tiraron porque estábamos fotografiando”. Cuando la situación recrudeció, el magro grupito de prensa que había quedado cerca del fuego policial corrió a guarecerse en la esquina que da hacia Río Negro. Continuaban los balazos contra la marcha y contra la pared donde se ocultaban los periodistas, pero “empezaron a tirar más alto, se veía, por el rebote de las balas a la altura del torso y la cabeza, que no disparaban hacia las piernas. Ninguno de nosotros podíamos salir de detrás de la pared porque terminábamos con el lente en la nuca. Eso fue alrededor de las siete y media de la tarde”. La marcha prosiguió y se dio un segundo episodio en el vallado instalado frente al Círculo Militar, sobre Avenida del Libertador y Paysandú. “Eso fue peor, porque un pibe tiró una sola piedra y bastó para que empezaran a disparar a discreción a toda la marcha. Respondieron más rápido y más duro contra todo el mundo.” La fotógrafa hizo la denuncia en la Seccional 3ª y tanto la Asociación de la Prensa Uruguaya (apu) como ades Montevideo emitieron comunicados en repudio del operativo y el abuso. Desde la feuu manifestaron a este semanario que van a esperar a la reunión de su Consejo Federal del próximo lunes para evaluar los hechos. Las primeras versiones recogidas por los medios fueron prestas en culpabilizar de la reacción policial a “los encapuchados” y a “las molotov”. El riesgo que se corre con un análisis tan parcial es dejar fuera de cuadro a esa fiera que al ser molestada entiende justificado el despliegue desproporcionado de toda su fuerza.

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