
" El poder de las mujeres no se construye individualmente, como dice Hannah Arendt, sino mediante la acción, que ella distingue de la labor -con la cual se sigue viviendo- y del trabajo -que tiene una utilidad-. Ambas solas no construyen poder para las mujeres. Sólo la acción colectiva puede dotar a las mujeres de su poder como sujetas derecho y sujetas políticas para la transformación de las desigualdades de todo tipo, no sólo las de las mujeres. De ahí una ética feminista que engloba a los demás sujetos u objetos de dominación como otros grupos minoritarios (la mujer es un grupo mayoritario) como las dominaciones cruzadas por etnia, religión, clase, ciudadanía, identidad u opción sexual. Sobre todas estas discriminaciones sobre diversidades, quiere operar la transformación de la ética y la política feminista". Fanny Puyeski.
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