Podés contar mi historia. Es la historia de todos.

FUENTE:De ida y vuelta el blog de Julieta Rudich


suspéndase en el ejercicio de su cargo


Una maestra es suspendida de su cargo y se le impide seguir ejerciendo su profesión por querer ayudar con alimentos a unos niños de su escuela que están pasando penurias. 

No es todo. Por esta misma razón la docente es arrestada y encerrada en un calabozo subterráneo en el que encapuchados ejercen torturas.

Sucede en Uruguay años 70. En la escuela a la que fui. A la que fuimos todos los compañeros que ahora nos reencontramos en Montevideo . Entre los que se quedaron aquí y los que nos fuimos intercambiamos recuerdos difusos y a veces muy puntuales. Algunos sacan a relucir anécdotas pasadas con una nitidez deslumbrante. 

Yo recuerdo que en 1973 una maestra dijo que teníamos que ser especialmente cariñosos con dos chicos de nuestra clase porque estaban tristes desde que sus padres habían sido encarcelados. No sé ya si se lo dijo a toda la clase o solamente a mí, que estaba sentada en el banco junto a uno de ellos, un niño callado con el que no intercambié casi una frase, por temor a no ser tan amable como la maestra deseaba. Es una imagen, una idea difusa. No sé hasta dónde coincide con la realidad pasada.

Manuel es quien más vivo en la memoria tiene lo que ocurrió después, cuando yo ya no estaba en Uruguay. Él nos habla de la irrupción de militares en la escuela, de los allanamientos, interrogatorios. Y describe en imágenes la expulsión de los maestros. Los ve atravesando el patio de la escuela, dirigirse hacia la salida agarrados de la mano y llorando, mientras los niños de sexto curso los rodean en corro y lloran también, pidiéndoles que no se vayan. 

Ahora, gracias a este reencuentro que nos ha facilitado el facebook y que ha culminado en reuniones en vivo aquí en Montevideo, vamos ensamblando pedazos de memoria perdida. Entre los que fuimos alumnos y los que fueron maestros vamos recuperando nuestra historia , compartiendo llantos, risas y silencios. Hay también un documento, un testimonio nítido de la crueldad hecha ley imperante. 

Elsa Qujano, la maestra que hace más de tres decenios organizó entre el alumnado la colecta para reunir alimentos para los alumnos hijos de presos, es quien me entrega una copia del veredicto. Me da el papel y dice: “publicalo”. Y aquí lo hago “se resuelve: 1) Dispónese la instrucción de un sumario a la señora Elsa Quijano de Acosta, maestra de la Escuela N⁰189, de 2do grado, “Benito Juárez”, de Montevideo, tendiente a clarificar los hechos relacionados a la donación de alimentos a un alumno, mediante colecta, estando los respectivos padres privados de la libertad desde hace tiempo, por participación en actividades subversivas. 2) Suspéndase en el ejercicio de su cargo, con privación de los medios sueldos correspondientes." 

Me parece que no hay mucho que comentar, porque este documento se comenta y se condena por sí mismo. Refleja el grado de perversidad de un régimen que convierte en delito el acto de prestar ayuda a un niño desválido. Sólo por ser hijo de personas no gratas al Gobierno. A un Gobierno dictatorial.

Elsa, docente apreciada y querida por todos, no pudo volver a ejercer hasta que se restableció la democracia. E incluso entonces fue tratada de forma indigna. No le reconocieron la trayectoria de excelente docente que había recorrido antes de la dictadura. Tuvo que volver a empezar como si fuera principiante en su oficio, con un sueldo como si partiera de cero. En los primeros años de democracia se impuso una amnesia general. Dado que vivo en Viena, Austria, veo paralelismos con la forma en que los austriacos han hecho de todo en un intento obsesivo de borrar su propio pasado nazi. 

No es lo mismo que te exijan que olvides, a que te olvides sin querer, cuando tu propia memoria - sin pedirte permiso - te hace huecos para evitarte el dolor. Algo así nos contó Juan Pablo Gil. El alumno al que Elsa dedicaba la colecta de alimentos quiso borrar de su pasado los años de escuela. Ahora los recupera, los comenta y desde Suecia me escribe “Podés contar mi historia. Es la historia de todos”.

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