Un recuerdo a Fany Puyesky, en sus propias palabras.

POR QUE DECIDÍ ESCRIBIR EN INTERNET

Hace algunos años lleve, no importa a cual de las publicaciones donde escribía y en la cual era yo la única mujer, un artículo titulado "El Huevo" donde decía que las que producíamos éramos nosotras . . . las vacas, las porcinas, las gallinas, las mujeres . . . a los huevos y a los hombres . . . y por lo tanto debíamos gobernar el mundo. El Consejo Editorial integrado por hombres, por supuesto veto mi humor. Ellos (el Consejo) se consideraban muy "progre"× y por supuesto nada discriminatorios con las mujeres . . . salvo por los chistes de las fiestas . . . Años después, en otra publicación aún más" progre" y en la que se me aseguró total falta de censura insistí con conceptos similares, y . . . otra vez se molestaron los hombres.

Convencida que hay una conexión entre los huevos, las gallinas y el orgullo masculino, decido no perder mis energías en lo ultimo, y me he retirado del periodismo nacional.

Con todo esto Uds. comprenderán que me libero de los faxes "extraviados" con artículos que no les gustan, de las fiestas de fin de año donde se escuchan chistes y chismes de pésimo gusto y generalmente a costa de nuestro sexo, de que me vengan a besuquear en dichas fiestas todo tipo de personas alcoholizadas, barbudos y peludas, y aún políticos (con el perdón de la palabra) del temor que me derramen champagne barato en mis vestidos de gasa de París, o que se rompa un taquito de mis zapatitos Fendi de Roma en las piedras de un terreno "afuera" en un asado con cuero, los vahos alcohólicos, el mal vino y los malos olores . . . los pensamientos obsoletos de jóvenes y viejos, y las vocecitas sumisas de las "novias" o "parejas" o esposas femeninas de seres imbancables. La paga . . nunca la que me merezco . . .Y cuando una sola vez acepte un canje para un hotel en Buenos Aires no pude quedarme porque parecía Bosnia Herzegovina, en la época de la guerra.

Yo tengo gustos que el periodismo uruguayo no me puede pagar.

Y me divierte escribir y que muchos se enojen conmigo.

Así que, como verán, solo me queda escribir en Internet . . . ya que en vez de que un diario lucre con mis columnas las entrego al mundo y recojo yo las glorias . . . Me olvide de decirles que no soy modesta . . . y tampoco tengo motivos para serlo. 

Fany Puyesky