Tiempos electorales- fin.
Buena cosa que se hayan acabado los tiempos electorales.
No se escuchará a la clase política interesándose por transformar la realidad que esa misma clase generó y sostuvo mediante sus continuas acciones desde los cargos que ocupan- desocupan. Porque los desocupan pocos meses antes de ser electos, para mostrar preocupación por lo que no les preocupaba, visitar barrios que no pisaron en sus vidas, comprometerse a deshacer lo que hicieron, asumir la necesidad que participen todos aquellos a quienes no dejaron participar, garantizar los derechos que ya no garantizaron y emprender las reformas que no reforman.
No está bueno que la gente haga esas cosas.
Tremendo alivio. Y por suerte, tiempos electorales: fin.
Ahora, nada de lo cual preocuparse. Sólo se dedicarán a gobernar.
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