No encontrará dos tetas en el lejano horizonte de nuestro campo democrático, ni por asomo.
Excepto que baje la mirada del horizonte al nivel del suelo, y allí si busca con tesón se encontrará con algunas. Busque bien, no espere que asomen. Las que pudieron asomar recibieron el pisoteo ejemplificante, así que hay mucho cuidado entre las tetas disciplinadas.
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