Se disculpa la palabra, más no el pensamiento que expresa

¿Quien no ha dicho algo inapropiado?. Frecuentemente, hombres y mujeres utilizamos palabras erradas  o nos expresamos sin intencionalidad de una manera ofensiva. 

En ocasiones. la hombría y mujería de bien provocan el pedido de disculpas. Vivir a micrófono abierto como lo hacen las personas públicas o mejor dicho que desarrollan sus tareas en espacios públicos u ocupando importantes cargos en el país, corren más riesgo que otros en decir lo que no se debe decir, o utilizar formas infelices de expresarse.

El Presidente no es ninguna excepción.  En una entrevista con Subrayado, se le consultó por el pedido de renuncia que hacen los legisladores blancos respecto del presidente del Banco República, Fernando Calloia, y Mujica dijo: "¿Pero por qué no se van a controlar a sus señoras esposas a ver dónde andan en lugar de andar controlando estas pavadas?".

El impacto de las palabras pronunciadas tuvo repercusiones de todo tipo, pero la prensa se encarga  solo de una arista que les permite comerciar noticias.

En uno de los párrafos del breve comunicado publicado ayer domingo en la página web de Presidencia de la República Mujica expresó:  "Debo pedir sentidas disculpas a las señoras que pude ofender por lo dicho en Brasilia".

Quienes reparan en las palabras, seguramente sepan disculparlas pues allí se entreveran las formas, los modos y hasta el protocolo. 

A mi no me stressaría ni  siquiera mínimamente disculpar las palabras del presidente. Sin embargo, no es posible disculparle el pensamiento. Aconsejar a los hombres el control de sus esposas, es fogonear el patriarcado y cosificar a las mujeres. 

Hace unos meses Mujica nos pidió humanamente que meditemos sobre los modos de relacionarnos con el objetivo de poder mejorar la vida de uruguayos y uruguayas, así como la convivencia democrática  cosa que yo hice. Medité un montón, y hasta estudie las medidas propuestas por el gobierno para cumplir con aquel objetivo.

Por ello, hoy me permito humanamente pedirle a José Alberto Mujica Cordano, medite sobre sus pensamientos, sobre la intima relación entre patriarcado y capitalismo, y sobre los diversos modos de violencia hacia las mujeres que ambos sistemas provocan, sostienen y legitiman. No hay transformación posible del sistema imperante, si se excluye a más de la mitad de la población nacida o hecha mujer. 

Seguramente, las señoras esposas de los legisladores del partido nacional, aceptarán las disculpas - realizada por Comunicado Oficial de Presidencia- de tan nefastas palabras Más del millón y medio de  uruguayas restantes, que no somos señoras esposas de ningún legislador a quien se haya aconsejado controlarnos, es muy probable que también.

Mas yo, lo que no disculpo es el pensamiento, será  por aquello que la revolución empieza por una o uno mismo, y porque de hecho querido Pepe " si no cambias vos, no cambia nada ".


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