Miguel de Unamuno



"Por lo que a mí hace, jamás me entregaré de buen grado, y otorgándole mi confianza, a conductor alguno de pueblos que no esté penetrado de que, al conducir un pueblo, conduce hombres, hombres de carne y hueso, hombres que nacen, sufren, y aunque no quieran morir, mueren; hombres que son fines en sí mismos, no sólo medios; hombres que han de ser lo que son y no otros; hombres, en fin, que buscan eso que llamamos la felicidad. Es inhumano, por ejemplo, sacrificar una generación de hombres a la generación que le sigue, cuando no se tiene sentimiento del destino de los sacrificados. No de su memoria, no de sus nombres, sino de ellos mismos." (Miguel de Unamuno, 1913)

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Repudio total a las manchas de la iglesia

De la nube a la realidad

El sistema también mata.Pero nunca lo podemos encarcelar.

Documental Colonia Etchepare

El Amor de una buena Mujer.