Por las Mariposas …


Cuanto mas políticamente correcta se torna la fecha, existe un mayor riesgo para incurrir en olvidos.

En el marco del 25 noviembre, me permito recordar a las Mariposas y hacer un humilde llamado para no cambiar el nombre, respetar el significado y sobre todo no banalizar el contenido de una conmemoración como la que  nos convoca. 

Es indispensable que las mujeres celebremos la memoria de nuestras ancestras, no solo de aquellas con las que tenemos un vínculo sanguíneo, también de todas y cada una de las mujeres que han luchado incansablemente para que hoy nosotras gocemos de derechos que a ellas les fueron negados. 

Por eso recuerdo a Patria, Minerva y Maria Teresa Mirabal, esas tres mujeres dominicanas que se opusieron a una de las dictaduras más sangrientas, enfrentando al dictador Leonidas Trujillo. Y que fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 y echadas al olvido como tantas otras miles de mujeres que la historia se esfuerza por invisibilizar. Ellas fueron rescatadas de la memoria colectiva en el Primer Congreso Feminista de Latinoamérica y el Caribe, fue allí en 1981 y en Colombia donde se decidió cada 25 de noviembre conmemorar el Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, en honor a la hermanas Mirabal o Mariposas que era como ellas se identificaban en la clandestinidad y como me gusta recordarlas.

A continuar, que el camino es largo y empinado.


Por las Mariposas.

Por todas las Mariposas, incluidas las que vendrán.

Marina


Las hermanas Mirabal: Mariposas en el tiempo

Ana María Portugal/Mujereshoy

Los nombres de tres mujeres dominicanas, conocidas como las hermanas Mirabal, son desde 1981, el símbolo del Día Internacional “No Más Violencia Contra las Mujeres”. María Teresa, Minerva y Patria Mirabal, fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden de la dictadura trujillista. He aquí un recuento de su larga lucha contra una de las dictaduras más sanguinarias del continente.
Patria Mercedes (1924), María Argentina Minerva (1926) y Antonia María Teresa Mirabal (1935), nacieron en un lugar llamado Ojo de Agua, pequeña localidad de Salcedo. Su padre, Enrique Mirabal, era comerciante y hacendado. Su madre, Mercedes Reyes Camilo, ama de casa.

Al terminar sus estudios primarios, Patria y Minerva y otra hermana suya, Adela, fueron enviadas a estudiar al colegio Inmaculada Concepción, en la provincia de La Vega. De las cuatro hermanas, Minerva fue la que destacó por su gran inteligencia y personalidad. Algunos biógrafos no pueden dejar de destacar que “la belleza de Minerva fue legendaria”. 

Un inicio trágico 

En su novela, En el tiempo de las mariposas, la escritora dominicana, Julia Alvarez, narra cómo el dictador Rafael Leonidas Trujillo, al conocer en una fiesta a Minerva Mirabal, quedó impresionado y decide conquistarla. Asediada por el dictador en varias oportunidades, Minerva abofetea a Trujillo en una fiesta, por propasarse en sus atenciones. “Hemos oído historias de jóvenes drogadas, luego violadas por el Jefe”, dice. 
La cadena de desaires de la familia Mirabal con el régimen alcanza su clímax cuando el padre y sus hijas deciden retirarse de una fiesta, desatando la cólera del dictador por considerarlo “una grave ofensa”. A Rafael Leonidas Trujillo no le bastaron las disculpas de Enrique Mirabal, quien a instancias de sus amigos, se vio obligado a enviarle un telegrama con sus excusas. 
Pocos días después, Mirabal fue detenido y llevado a una prisión, y posteriormente lo seguirá su hija Minerva, acusada de complotar contra el régimen. Un riguroso espionaje en torno a la familia Mirabal llevó a la conclusión que la joven tenía estrechas relaciones con miembros del Partido Socialista Popular. 
Varias semanas duró la prisión de padre e hija. Finalmente, el cerco se estrechó para Enrique Mirabal, quien murió en diciembre de 1953, luego de haber sido sometido a torturas y humillaciones durante su permanencia en varias prisiones.

Mariposas en acción 
La fuerza de los acontecimientos y el paulatino convencimiento, de parte de Minerva, de luchar para derrocar a Trujillo, consiguieron una transformación en su vida y por ende, en la de sus hermanas, Patria y María Teresa. Aunque biógrafas y biógrafos coinciden en destacar que de las tres, fue Minerva la que se puso a la delantera. 
Con el nombre de “Mariposa”, Minerva entró de lleno al trabajo clandestino. Leandro Guzmán, esposo de María Teresa, recuerda hoy que Minerva no sólo se enfrentó a Trujillo, sino que llevó a la práctica su oposición, como principal gestora del Movimiento de Resistencia Interna, creado a pocos días del triunfo de Fidel Castro en Cuba. 
La primera asamblea de constitución del nuevo movimiento se realizó el 10 de enero de 1960, en la Hacienda de Conrado Bogaert. En honor al sacrificio del grupo de rebeldes que formó parte de una expedición armada procedente de Cuba y que aplastada por la dictadura, el grupo decidió denominarse Movimiento Clandestino 14 de junio. 
En esa asamblea clandestina, sólo estuvieron presentes dos mujeres, Minerva Mirabal y Dulce María Tejada Gómez. Y aunque Minerva es señalada como la iniciadora de ese movimiento, fue su marido, Manolo Tavares y su cuñado Leandro Guzmán, quienes formaron parte de la directiva. Días después, una delación llevó a los servicios secretos del régimen, informes sobre el grupo y los nombres de sus integrantes. Inmediatamente fueron encarcelados, Manolo Tavares, Leandro Guzmán, luego Minerva y más tarde su hermana María Teresa, entre otros. 

Presencias nocturnas 
Con los días, nuevas detenciones alarmaron a un sector de la clase alta dominicana. Los padres de la mayoría de los y las jóvenes encarcelados, tenían vínculos muy estrechos con Trujillo. Esta situación fue el caldo de cultivo que aceleró la caída del régimen. La intervención de la Iglesia Católica a través de una carta pastoral condenando estos hechos, también fue determinante. 

Meses más tarde, el régimen desencadenó una de las etapas más represivas que llegó a extremos de locura, como la orden de asesinar a Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela. En ese momento, el destino de las hermanas Mirabal quedó sellado. En alguna ocasión, Trujillo declararía que sus dos grandes problemas eran la Iglesia y las hermanas Mirabal.

Cuando Patria, Minerva y María Teresa regresaban luego de visitar a sus maridos encarcelados, fueron objeto de una emboscada por los esbirros del régimen. El hecho fue presentado como un “accidente”. Se supo más tarde que fueron muertas a garrotazos y que luego, sus cuerpos fueron colocados en el vehículo en que viajaban y precipitado al abismo.

“Por lo general, de noche, las oigo cuando me voy quedando dormida. A veces estoy en el borde mismo de la inconsciencia, esperando, como si su llegada fuera la señal para poder dormirme. El crujido de los pisos de madera, el rumor del viento en el jazmín, la profunda fragancia de la tierra, el canto de un gallo insomne. Sus suaves pasos de espíritu, tan indefinidos que podría confundirlos con mi propia respiración”. 
Adela, Dedé Mirabal, es la única sobreviviente de las hermanas Mirabal. Julia Alvarez, la escogió como testiga privilegiada para conocer de cerca las pequeñas historias cotidianas de sus hermanas. Julia Alvarez escribió En el tiempo de las mariposas en inglés, su segunda lengua desde los 10 años, cuando su familia, huyendo de la dictadura de Trujillo, partió al exilio estadounidense. Para Julia, Dedé ha vivido y vive para preservar el legado de sus hermanas. 
… el Obelisco de la Avenida George Washington mandado a construir por Rafael Leonidas Trujillo en 1935, para exaltar aún más su megalomanía, hoy exhibe las enormes siluetas de Patria, Minerva y María Teresa, concebidas por la artista plástica Elsa Núñez en 1997 y posteriormente renovadas por otra artista, Amaya Salazar. 
Como dijo Patricia Solano, editora de la revista Quehaceres, “las mariposas se instalaron desde entonces y para siempre en el viejo obelisco, iluminando desde sus alturas la faz de las cinco veces centenaria ciudad de Santo Domingo”. 

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